Beneficios de las torsiones en yoga
Los momentos de transición, solsticios y equinoccios, así como la progresiva reducción del número de horas de luz a lo largo del otoño, puede ser causa de inestabilidad y de desequilibrios en el organismo. Las torsiones en tu práctica de yoga te ayudan en el proceso de adaptación creando movilidad a lo largo del eje central y activando la circulación sanguínea hacia los órganos internos y el sistema espinal. Son un medio excelente para recobrar la armonía y el equilibrio físico y mental.
Compensar los desequilibrios y asimetrías en el cuerpo y en la respiración es uno de los objetivos generales del trabajo del yoga físico. Cuando practicamos yoga empezamos a descubrir y percibir esos desequilibrios a medida que se van ejecutando las diferentes asanas.
¿Cómo hacer posturas de torsión en yoga?
Las posturas de torsión espinal evidencian las asimetrías en las piernas, las articulaciones de caderas y zona sacro ilíaca, columna, caja torácica y cuello de forma notable. La forma esencial de abordar, iniciar y mantener las posturas de torsión es similar. Antes de entrar en la postura, una exhalación profunda tonifica el suelo pélvico y ayuda a crear una sensación de conexión con lo que sostiene el cuerpo. Este enraizamiento permite crear espacio en cuerpo, mente y sistema nervioso para detenerse por un instante y prepararse a sentir la siguiente inhalación de forma plena. La exhalación crea la base necesaria por medio de la pared abdominal para que el cuerpo se expanda en la inhalación e inicie la rotación en la siguiente exhalación.
La mayor parte de la rotación espinal tiene lugar en la zona lumbar alta y la parte inferior de la zona torácica así como en el cuello a la altura de las cervicales C1 y C2. La zona torácica superior presenta escasa rotación así como la parte baja del cuello.
En todas las posturas de torsión es necesario sentir el alargamiento a través del eje central de la columna hasta la parte alta de la cabeza. A veces, la compresión de órganos internos y caja torácica en torsiones más intensas como Marychiasana D puede dificultar la libertad de la respiración y crear una sensación de “angustia”. Es necesario entonces ser muy consciente de no crear más tensión en otras zonas del cuerpo (tensar la mandíbula, cara, hombros, cuello) y ajustar el grado de rotación para que la respiración fluya con libertad. A través del trabajo con torsiones no solo proporcionaremos flexibilidad a nuestra columna vertebral sino que mejoraremos nuestra conciencia respiratoria al tiempo que liberamos gran parte de la tensión acumulada en los pequeños músculos que rodean la columna vertebral.
Nuestro centro de gravedad se encuentra en el abdomen y dicho núcleo es la sede de los principales órganos vitales de nuestro cuerpo.
Un beneficio generalizado de las torsiones es que ayuda a generar el denominado “fuego digestivo” beneficiando el movimiento gastrointestinal y mejorando la función del hígado y órganos digestivos. Esto es debido a que los órganos internos se giran al mismo tiempo que el tronco recibiendo un masaje que promueve el correcto funcionamiento orgánico además de facilitar los procesos de digestión y eliminación. Ayudamos así a nuestro cuerpo con sus funciones internas lo que repercute de forma positiva en una sensación de bienestar generalizada.
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